domingo, 25 de mayo de 2014

EL MUNDO DE LAS AVES

EL ÁGUILA REAL 

Desde los tiempos prehispánicos la imagen del águila real ha formado parte de la mitología y representado las distintas ideologías en la historia de ese país. De hecho, es un águila real la que se distingue en el escudo
nacional devorando una serpiente. Para las culturas indígenas precortesianas era el ave suprema. Su vuelo descendente representaba la caída de la luz sobre la tierra y el advenimiento de la energía vital; con las alas extendidas simbolizaba la cruz que delimita los cuatro rumbos cósmicos, donde ella misma constituía el eje del mundo. Los guerreros águila (en náhuatlcuauhteuctli) fueron considerados una clase especial en la infantería militar del ejército mexica. Los misioneros y conquistadores la percibían como la encarnación del bien en la lucha contra el mal. Durante la guerra de Independencia, el águila estampada en distintos estandartes significó el anhelo de libertad; se le mostró de frente, de perfil derecho e izquierdo, con la corona del imperio sobre la cabeza, hasta que, con el triunfo de la Revolución, se rescató el origen indígena de su representación.


El águila real (Aquila chrysaetos) es una especie que alcanza hasta un metro de longitud total (de pico a cola), y su envergadura puede exceder los 2.20 metros; llega a pesar más de seis kilos y puede vivir más de 30 años. Es exclusiva del hemisferio septentrional; los especialistas diferencian seis subespecies. Actualmente su población mundial se estima por encima de los 120,000 individuos: en Europa hay unos 10,000 y en Norteamérica, 50,000. Las poblaciones más norteñas en el continente americano son migratorias y pueden desplazarse hasta 1,500 kilómetros en un mes; en México son mayoritariamente residentes y ocupan una amplia porción del norte del país. El águila real nunca ha sido abundante en México, quizá porque se trata de una especie marginal de la región neártica del continente americano y nuestro país es su límite más sureño. Desafortunadamente, no es posible precisar su población actual. Las autoridades estiman que hay sólo 70 parejas; por ello está catalogada en la Norma Oficial Mexicana como una especie amenazada, aunque algunos expertos opinan que merecería ser considerada como especie en peligro de extinción.


EL AVESTRUZ 
Se ha encontrado un globo terráqueo de principios de 1500, tallado en huevos de avestruz, puede ser el planeta más antiguo del Nuevo Mundo nunca identificado, según los expertos.


Las inscripciones latinas salpican su superficie, y dos pequeñas islas se sientan en el lugar de lo que hoy conocemos como América del Norte. Pero los orígenes del globo siguen siendo un misterio.

Después de pasar por las manos de una cadena de concesionarios del mapa de Europa, el artefacto fue comprado de manera anónima en Londres en 2012. Finalmente, el hallazgo llegó a manos de la coleccionista belga Stefaan Missinne, que comenzó a investigarlo, escribió  para The Portolan, la revista de la Sociedad Mapa Washington.



Anteriormente, el globo que ha sobrevivido más años es el de Hunt-Lenox, que está hecho de cobre y fechado entre 1504 y 1506. Los dos globos comparten etiquetas casi idénticas y contornos detallados y Missinne argumenta que esto no debe ser una casualidad.

"Hay diferencias entre los dos globos, sin embargo, cuando se consideran cuidadosamente estas diferencias no pesan en contra de la sugerencia de que el Globo Lenox es un reparto del globo huevo de avestruz", dijo Missinne en el artículo de la revista.

A lo largo de la historia los cartógrafos han recurrido a materiales creativos: Ha habido mapas hechos de palos o dibujado sobre piel de foca, vitela (pergamino de piel de becerro), o bloques de madera. 

Pero globos creados a partir de cáscaras de huevo de avestruz no son comunes, y por esta razón, independientemente de su edad, el artefacto es raro y de gran valor.




 EL SECRETARIO 
 Es una espercie  de ave accipitriforme de la familia  Sagittariidae, la única de su familia (Sagittariidae) y de su género (Sagittarius). No se reconocen subespecies. El nombre le viene por su peculiar librea, gris y con las patas negras, y con un copete de plumas como llevaban los secretarios británicos de hace siglos. También se piensa que es una mala traducción francesa de su nombre árabe saqr-et-tair (ave cazadora).


Es una de las rapaces más características de toda la fauna africana. Es de gran tamaño, aproximadamente un metro de alzada y de hábitos semiterrestres. Se distingue del resto de rapaces por cazar en el suelo y no desde el aire. Recorre a zancadas los herbazales al acecho de presas que van desde saltamontes a culebras y mamíferos de pequeño tamaño, a los que ataca golpeándolos con sus largas patas, provistas de cortos dedos y fuertes garras afiladas.



FLAMENCOS 
Descubierto el motivo por el cual los flamencos se ven tan bonitos en rosa:estas aves se «maquillan» para atraer a sus parejas durante el cortejo, según explica un nuevo estudio.
Los científicos han supuesto desde hace tiempo que el plumaje de los flamencos sólo cambia de color cuando se destiñe por la acción del sol o de forma involuntaria debido a la ingesta o interacción de materiales orgánicos.
Pero durante el estudio de los grandes flamencos en la Estación Biológica de Doñana realizado en España, el ornitólogo Juan Amat comprendió que algo más sucedía en este proceso cromático.
«Nos dimos cuenta que tras la salida del cascarón de los polluelos, los ejemplares adultos perdían su emblemático color rosa». (Vea fotos de aves zancudas.)
Las aves adultas, volvían a adquirir su famoso plumaje rosa con posterioridad, «aunque no estuvieran mudando sus plumas, así que nos preguntamos si había un elemento cosmético a considerar».

Flamencos: con su blanca palidez
Para examinar con mayor detalle esta hipótesis, los investigadores estudiaron las variaciones estacionales de las tonalidades cromáticas del flamenco en tres humedales españoles. El equipo también supervisó la cría de polluelos, el mantenimiento del plumaje y la actividad de cortejo.
Mediante el uso de telescopios, los científicos asignaron a cada flamenco un valor cromático basado en una escala de uno a tres, que iba de un tono muy pálido al rosa vibrante.
El equipo descubrió que los valores cromáticos descendían desde una media de 1,7 en febrero (el apogeo de la temporada de apareamiento) a una de 1,0 en mayo, junio, agosto y septiembre, justo cuando las aves cuidaban a sus polluelos en los nidos. En octubre los valores volvían a subir al 1,6.
Los flamencos, como todas las aves, producen aceite en unas glándulas próximas a la cola (secreciones uropigiales). Las aves se untan el aceite en el plumaje con sus picos.
Se sabe que dicho aceite contribuye a la longevidad de las plumas y a su impermeabilización. Pero Amat sospechaba que los flamencos también podrían estar utilizando la sustancia excretada para pigmentación o tinción.
Los flamencos obtienen su coloración de los compuestos llamados carotenoides, que absorben de su dieta basada en algas y pequeños crustáceos.
Las plumas de flamenco ya contienen algunos carotenoides. Pero, basándose en las muestras recogidas de ejemplares en cautividad, Amat y sus colegas descubrieron que el aceite es especialmente rico en estos compuestos.
Flamencos de fino plumaje
El equipo observó que tanto machos y hembras incrementaban el embadurnamiento de aceite durante la época de celo y apareamiento.
En general, mientras más profundo sea el color rosa, más atractiva será el ave, por lo que los flamencos están probablemente «maquillándose» con el aceite para volverse más deseables para la cópula.
«Se sabe que otras aves, como los buitres barbudos, se bañan en el fango para teñir sus plumas. Debemos ahora observar el comportamiento de esas especies para comprobar si están usando la cosmética de la misma forma que lo hacen los flamencos».







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