sábado, 24 de mayo de 2014

HERVIVOROS

LOS OSOS PANDAS 

El panda gigante es un insaciable devorador de bambú. Un ejemplar medio se pasa la mitad del día comiendo-literalmente: 12 de cada 24 horas-y hace sus necesidades docenas de veces al día. Hacen falta 12,5 kilos de bambú para cubrir las necesidades alimenticias diarias de un panda gigante, que arranca ansiosamente los tallos con los alargados huesos de sus muñecas, usándolos a modo de pulgares. Ocasionalmente también comen pájaros o roedores.
Los osos panda sólo se encuentran en estado salvaje en remotas regiones montañosas del centro de China. Allí las elevadas plantaciones de bambú son frescas y húmedas, como a ellos les gusta. En verano pueden ascender hasta los 4.000 metros de altitud para buscar su alimento en las laderas más altas. 
Es habitual ver a los osos panda comer relajadamente sentados en el suelo, con sus piernas traseras estiradas hacia adelante. Aunque den la impresión de ser sedentarios, trepan a los árboles con gran habilidad y son excelentes nadadores.
Los pandas gigantes son animales solitarios. Tienen un sentido del olfato muy desarrollado, que los machos emplean para evitarse entre sí y para encontrar una hembra con la que aparearse en primavera. Tras un embarazo de cinco meses, la hembra da a luz a un único cachorro o a gemelos, aunque en este caso no es capaz de cuidar de los dos. Los pequeños pesan apenas unos 150 gramos al nacer y no pueden gatear hasta cumplidos los tres meses. Nacen ciegos y de color totalmente blanco; sólo más tarde su pelo toma las tonalidades que lo hacen tan atractivo.
Únicamente quedan unos 1.000 pandas gigantes en libertad, y quizás otros 100 que viven en zoos, donde siempre es una de las atracciones más populares. Mucho de lo que sabemos sobre los pandas proviene de la observación de los ejemplares en cautividad, ya que sus primos de las montañas chinas son esquivos y raros de ver.



EL KOALA 
A pesar de que parecen verdaderos osos de peluche, este adorable animal es un marsupial que nada tiene que ver con los osos. Las hembras llevan a sus crías recién nacidas en la bolsa marsupial durante seis meses aproximadamente. Cuando la cría sale de la bolsa se agarra a la espalda de su madre o a su tripa, acompañándola a todas partes hasta que tiene cerca de un año.
Los koalas viven en el este de Australia, donde hay más eucaliptos. A los koalas les gustan tanto estos árboles que casi nunca los abandonan. Además, gracias a sus extremidades y dedos oponibles se mantienen cómodamente sobre ellos. Los koalas pueden dormir hasta 18 horas al día, sujetos en las horquetas y rincones de los árboles.

Cuando no están durmiendo se alimentan de las hojas de eucalipto, especialmente por la noche. No beben mucha agua, por lo que su hidratación proviene de las mismas hojas. Cada koala come una gran cantidad comparado con su tamaño: aproximadamente un kilogramo al día. A veces las almacenan en una especie de bolsas que tienen en las mejillas.
Poseen un sistema digestivo especial con un estómago muy largo que les permite digerir las duras hojas de eucalipto y que evita que su veneno les haga daño. Los koalas comen tal cantidad de estas hojas que tienen un olor muy peculiar que recuerda a las pastillas para la garganta.
En la década de 1920 y 1930 la caza de estos mamíferos rechonchos y peludos fue muy popular, por lo que su población disminuyó considerablemente. Gracias a los programas de reintroducción han vuelto a aparecer en su hábitat natural, pero siguen siendo pocos y están dispersos. Los koalas necesitan mucho espacio, unos cien árboles por koala, lo que supone un problema grave debido a la disminución de los bosques australianos.

LAS GIRAFAS 
Hace 14 años las jirafas de África occidental se hallaban al borde de la extinción. Un siglo de caza furtiva, guerras y destrucción del hábitat casi logró destruir su territorio y su población: quedaban apenas 50 individuos. Pero hoy, según Julian Fennessy, de la Fundación para la Conservación de la Jirafa, más de 220 ejemplares conviven con 80.000 granjeros y aldeanos en un corredor de 240 kilómetros de longitud próximo a Niamey (Níger).

¿Cómo se explica esa increíble recuperación? El experto Pierre Gay apunta varias razones: los programas de conservación han contribuido mediante la concesión de microcréditos y la asistencia agrícola a los lugareños, incentivándolos para no perjudicar a las jirafas. Además, en la zona abunda el alimento, como hojas de acacia y Combretum, y, por el contrario, escasean los depredadores, ya que los cazadores erradicaron hace tiempo a leones y leopardos. Por último, Níger prohibió la caza de jirafas en 1998, cuando comprendió que estos animales constituían un reclamo excepcional para el turismo: son las únicas comunidades que quedan en África occidental.

No obstante, Fennessy advierte de ciertos peligros: la tala ilegal de árboles continúa, y la población de jirafas debería superar los 400 individuos para sobrevivir a las enfermedades. Además, en algunos países vecinos se han abatido ejemplares que habían abandonado esta zona protegida de Níger. El siguiente paso sería ampliar su extensión y confiar en una recuperación total. 



LAS CEBRAS 
Ningún animal tiene un pelaje tan característico como el de la cebra. Las rayas de cada espécimen son igual de únicas que las huellas dactilares (no hay dos iguales), si bien cada una de las tres especies existentes tiene su propio patrón general.
Y por qué tienen rayas las cebras? Los científicos no están seguros, pero muchas teorías se centran en su utilidad como cierta forma de camuflaje. Sus patrones pueden suponer una dificultad para los depredadores a la hora de distinguir a un individuo en una manada a la carrera y distorsionar la distancia al amanecer y al anochecer. O bien pueden eludir a los insectos que solo reconocen grandes reas de piel del mismo color, o actuar como algún tipo de protector solar natural. Debido a su carácter nicho, las rayas también pueden ayudar a las cebras a reconocerse mutuamente.
Las cebras son animales sociales que viven en manadas. Pacen en grupo, normalmente hierba, e incluso se acicalan unas a otras.
La especie más abundante es la cebra de llanura (o de Burchell). Viven en pequeños grupos familiares formados por un macho (semental), varias hembras y sus crías. Estas unidades se pueden combinar con otras para formar espectaculares manadas de miles de individuos, pero los miembros de la familia se mantienen unidos en el seno de la manada.
Las cebras deben vigilar en todo momento para evitar a hienas y leones. En una manada hay muchos ojos para detectar el peligro. Si un animal es atacado, su familia acudir en su defensa, rodeando a la cebra herida e intentando repeler a los depredadores.


EL CIERVO ROJO

Un ciervo puede regenerar sus cuernos una vez que éstos se han caído. 
Se ha descubierto que las hembras tienen la capacidad de regenerarse mucho más rápido. Los conejos pueden regenerar partes de sus lóbulos de las orejas, los murciélagos pueden regenerar partes de sus alas, y los ratones espinosos pueden regenerar rápidamente los agujeros piel y reparación en sus propios oídos.



El ciervo rojo es uno de los animales emblemáticos de Europa. Aparece representado en innumerables pinturas y petroglifos de las cuevas paleolíticas, y en los escudos de armas de nobles, ciudades y compañías comerciales. Vive en diversos hábitats, desde los páramos desnudos hasta zonas semidesérticas, pero ha desaparecido de muchas áreas a causa de la caza incontrolada. En muchos países, durante los siglos XIX y XX, el ciervo rojo solo sobrevivió en los cotos de caza real, como el de la imagen. Actualmente el ciervo rojo empieza a aumentar su población gracias a su reintroducción y una regulación más razonable de su caza. Pero aún falta mucho para que el ciervo rojo se acerque a sus cifras de población naturales. La mayoría de reservas y parques nacionales europeos siguen gestionándose de acuerdo con los intereses procedentes de la silvicultura y de organizaciones que procuran que la población de ciervos se mantenga artificialmente baja para «proteger el bosque». Tal vez se olvidan de que uno de los roles ecológicos más importantes del ciervo rojo es también eliminar árboles ocasionalmente. ¿Y quién dice que el ciervo sea una especie exclusiva del bosque? ¿No es también una especie de campo abierto, y que el ser humano no le ha permitido vivir ahí? Durante la época de celo, en otoño, el ciervo rojo berrea para proteger su territorio y atraer a las hembras, un espectáculo fascinante para quien tenga la suerte de observarlo.


EL BUFALO DE AGUA O ASIATICO
El búfalo de agua o búfalo asiático , como se le llama a menudo, es el miembro más grande de la tribu Bovini , que incluye yak , bisonte, búfalo africano , varias especies de ganado salvaje , y otros.
De pie 5-6,2 pies ( 1.5 a 1.9 metros) de alto en el hombro , el búfalo de agua salvaje son mamíferos formidables con abrigos negro grises dispersos. Los varones llevan enormes revés curvados , cuernos en forma de media luna que se extiende cerca de 5 pies ( 1,5 metros) de largo con surcos profundos en su superficie. Hembras son más pequeñas en tamaño y peso , pero también tienen cuernos , aunque son proporcionalmente menor .


El búfalo de agua pasan gran parte del día sumergido en las aguas turbias de los bosques tropicales y subtropicales de Asia. Sus pezuñas amplia extendidos - les impiden que se hunda demasiado profundamente en el barro y les permite moverse en los humedales y pantanos. Estos pantanos proporcionan una buena cobertura y ricas plantas acuáticas para alimentarse en adelante, aunque el búfalo de agua en realidad prefieren alimentarse en las praderas de césped y hierbas.









1 comentario:

  1. nos parecio estupendoo gracias por la informacion por darnos a conocer un poco mas de la vida de los animales

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