domingo, 25 de mayo de 2014

INSECTOS


LAS VIUDA NEGRA

La viuda negra es una araña con muy mala reputación, reconocible por la marca coloreada en forma de reloj de arena que luce en el abdomen. Diversas especies comparten el nombre. Viven en regiones templadas del mundo entero.
La mordedura de esta araña es muy temida porque su veneno es 15 veces más potente que el de la serpiente de cascabel. En los humanos, produce dolor muscular, náuseas y parálisis del diafragma, lo que puede dificultar la respiración. Sin embargo, al contrario de lo que muchos piensan, la mayoría de la gente no sufre daños graves, y mucho menos la muerte. La mordedura solo puede ser letal si la sufren niños pequeños, ancianos o enfermos. Afortunadamente, los fallecimientos son bastante poco frecuentes; las arañas no son agresivas y solo muerden en defensa propia. Por ejemplo, cuando alguien se sienta encima de ellas.


Los animales que más deben temer a la viuda negra son los insectos... y los machos de viuda negra. Las hembras a veces matan y se comen a sus parejas tras la cópula, un macabro comportamiento que da su nombre al insecto. La viuda negra vive en solitario durante todo el año, con la excepción de este violento ritual de apareamiento.
Estas arañas tejen grandes telas, en las que la hembra cuelga un capullo con cientos de huevos. Las crías se dispersan al poco de nacer, pero la telaraña permanece en su lugar. La viuda negra también usa la tela para atrapar a sus presas, que suelen ser moscas, mosquitos, saltamontes, escarabajos y orugas. La viuda negra es una araña con patas de peine, lo que significa que tiene una especie de pelos en las patas traseras con los que recubren a sus capturas con seda.
Para alimentarse, la viuda negra muerde a su presa y le inyecta enzimas digestivas. Mediante estas enzimas y sus rechinantes dientes, las arañas licúan el cuerpo de la presa y absorben el fluido resultante.



LA MANTIS RELIGIOSA 
La mantis religiosa debe su nombre a sus prominentes patas delanteras, que están dobladas y juntas en un ángulo que recuerda a la posición de oración. Mantis hace referencia al género mantis, al que solo pertenecen ciertas especies de mantis religiosa.

A pesar de su nombre, estos fascinantes insectos son unos fantásticos depredadores. Su cabeza triangular se alza en lo alto de un estirado cuello, que de hecho es un tórax alargado. Los mántidos pueden girar la cabeza 180 grados para escudriar los alrededores con sus dos grandes ojos compuestos y tres simples situados entre ellos.


La mantis, que suele ser verde o parda y se camufla muy bien entre las plantas de su hábitat, embosca o acecha pacientemente a sus presas. Usan sus patas delanteras para atrapar a su vctima con unos reflejos tan vertiginosos que resulta difcil verlo a simple vista. Además, las patas presentan pas con las que atrapan e inmovilizan a la presa.
Muy a su pesar, polillas, grillos, saltamontes, moscas y otros insectos suelen despertar el nada deseado interés de la mantis. Por otra parte, estos animales también se comen a los de su propia especie. El ejemplo más famoso de ello es la infame conducta amatoria de la hembra adulta, que en ocasiones se come a su pareja justo después del apareamiento, e incluso durante. A pesar de ello, los machos no rehuyen la oportunidad de reproducirse.
Peridicamente, las hembras ponen cientos de huevos en una pequeña bolsa, de la que las larvas emergerán con un aspecto muy similar al de sus progenitores a escala diminuta.




LAS EFIMERAS 

Cada primavera las efímeras eclosionan sobre las aguas del río Tisza, en Hungría, produciendo un estallido de color al que los lugareños llaman el «florecimiento del Tisza». Después de pasar tres años en unas galerías excavadas en el lecho del río, las larvas de estos insectos salen a la superficie del agua y mudan para alcanzar el estadio de adultos.

 A partir de esa metamorfosis sólo les quedan tres horas de vida para cumplir el único objetivo de su existencia: aparearse. Lo llamamos Tiszavirágzás, «florecimiento del Tisza».Todos los años, desde finales de la primavera hasta principios del verano, un espectáculo natural transforma el río Tisza de Hungría. Los lugareños acuden a admirar las «flores» que eclosionan sobre la superficie del río: millones de efímeras con largas colas levantan el vuelo y ascienden en colosales nubes, se reproducen y mueren, todo en tan sólo unas horas.Mi padre, que creció en un pueblo cerca del río, solía contarme que los pescadores y barqueros sabían por experiencia cuándo iban a aparecer las efímeras. Fui a buscarlos para que me indicaran el lugar y momento exactos, y poder así fotografiar la repentina aparición de los insectos en masa. Cerca de la localidad de Tiszatardos encontré lo que buscaba: un impresionante episodio de eclosión, durante el cual sorprendí a este macho preparado para la muda.Lea el artículo completo en la revista.






LA BABOSA DE MAR 

















1 comentario:

  1. me parece interesante la cantidad de animales exóticos que pueden haber en el mundo. gracias por darnos a conocer algunos de ellos

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